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SIMEON SAINT-HILAIRE VALERIO

El ahorro no es mas que la diferencia entre el ingreso y el consumo, esta diferencia puede ser negativa o positiva. Cuando es negativa, estamos en presencia de un endeudamiento, que a su vez, puede ser momentáneo o progresivo, según sea.  Hay casos en que el ente económico vive en progresivo estado de des ahorro, por lo que cabe el calificativo de vivir por encima de sus posibilidades.   El endeudamiento como tal no es cuestión para preocuparse, pues el mismo sistema económico en que vivimos supone  la operatividad del crédito como elemento importantísimo en el funcionamiento de la economía. Desde luego, no es lo mismo usted pedir prestado para comer que para invertir, y a este último tipo de crédito es al que se refiere el supuesto del sistema económico capitalista.    

Siempre en la concepción de un crédito, esta en juego su capacidad de generar ahorro en el futuro, lo que para el banquero es primordial, ya que sin ello no estaría asegurado el retorno de sus capitales.  De aquí se deriva el proverbio de que el banquero debe prestar el dinero a quien no lo necesita, por la sencilla razón de que quien tiene ahorro no necesita prestado.  Pero observe que este ahorro en el momento de usted adquirir el crédito es únicamente potencial, es decir, no se posee en el momento, es por eso que el banquero tiene la oportunidad de hacer un negocio, que de otro modo no lograría hacerlo y no existiría como banquero.  

Hay mucha necesidad de que se incremente el ahorro, dice el comentario de aquellos que pueden crear opinión, y nadie niega la razonabilidad de tales pronunciamientos, sin embargo analice bien estos razonamientos:  más ahorro implica más producción sin vender, es decir, cuando de nuestros ingresos mensuales solo gastamos un 75%, hay un 25%  de producción que quedó sin venderse.  Esto traducido a la realidad quiere decir, menos ventas en libros, alimentos, ropa, zapatos, bebidas, viajes, y un gran etc. Cuanto todas estas empresas que producen estos artículos no pueden vender su producción, enfrentarán problemas con el pago de sus trabajadores y otros gastos que dependen de los ingresos por ventas.  Es casi seguro que se iniciará un proceso de despido de personal con perjuicio directo para las familias de cada trabajador ¿ Quienes, mi querido lector, originaron  todo este embrollo?  Pues nada más y nada menos que los que iniciaron el proceso de no comprar la mercancía producida,  digo, es lo que se ve a simple vista  ¿Convendría entonces que no promovamos el ahorro?.  Creo que no, el ahorro cumple su función primordial en la economía y para canalizarlo tenemos el sistema bancario, que debe procurar que haya una buena participación del ahorrante en el sistema bancario. Es decir, el sistema financiero necesita que cada día los ciudadanos usen las entidades financieras para sus operaciones con dinero. La participación del ciudadano en el sistema financiero se mide ( es una forma), por la relación entre los depósitos totales con el PBI.     

Este indicador en la economía dominicana ha tenido un comportamiento ascendente en los últimos años, pasando de un 20.5%, en 1995 a un 26.2%  del Producto Bruto Interno, en 1999, lo que  indica claramente, que nuestra economía marcha por el sendero correcto en aspecto como este, ya que esta participación asegura que la decisión de ahorrar sea canalizada hacia el sector bancario para que este se encargue de canalizar los fondos hacia  la producción.  De esa manera la producción que ha dejado de venderse producto de la decisión de no consumir, no afecta tanto la continuidad del proceso de producción, pues el inversionista puede suplir momentáneamente la  falta de fondos  por la vía del crédito bancario.  

Esto es muy importante, ya que este camino fue transitado por los países que hoy disfrutan de alto desarrollo de sus economías, es decir, la intervención de los ahorrantes en el sector bancario se hizo cada vez mayor, por lo que la decisión de ahorrar no se convirtió en un elemento de recensión, dado que los mismos se canalizan con la intervención de los bancos en el sistema económico. 

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