J. M. Keynes, considerado el padre de la macroeconomía moderna, dijo una vez que si los empresarios
de Londres creían que cada acción económica, no tenía detrás un armazón teórico con explicación razonable, estaban totalmente
equivocados. Tal parece, si por esta afirmación nos guiamos, que la cúpula empresarial
de Inglaterra, al igual que la de otros lares, despreciaba constantemente el conocimiento teórico, cuya explicación razonable
permite a la ciencia, la construcción de su cuerpo de análisis para orientar las acciones diarias del movimiento económico
y social de los hombres.
Por lo que
aquí concierne, nosotros no hemos recibido igual tratamiento en el desenvolvimiento profesional, pero iniciamos este trabajo
con la certeza de que no siempre la teoría es recibida como lo que es: la orientación de la práctica.
Para muchos,
el interés está ligado al concepto del capital, el tiempo y el riesgo. Puede decirse que es la compensación que el dueño del capital recibe de parte de quien usa los fondos.
Esta compensación puede adoptar diversos nombres según la naturaleza del bien
capital: Alquiler o renta, dividendo, flete e interés, este último aplicado a
los capitales monetarios, etc.
Sea cual fuera
la forma de la compensación ella se convierte en el precio por el uso del capital
dinero, que aunque no es un término muy correcto aquí lo usamos en el sentido estrictamente monetario.
En términos
teórico el interés que recibe el dueño de los fondos que intervienen en el proceso productivo
ha sido objeto de controversial
discusión por todos aquellos que de alguna manera hacen un esfuerzo por conducir los senderos de la ciencia económica.
Es evidente
que en la explicación de este elemento del producto de una nación está en juego el deseo de encontrar el origen económico de los pagos que retribuyen al capital en el tiempo de uso, por los agentes de la actividad,
no sólo de aquellas áreas que transforman bienes, sino también del comercio.
La el origen
del interés se plantea en función de las diversas teorías cuyo propósito no puede
conseguirse sólo con la exposición unilateral de
una de ellas, dado que la conceptualización de la realidad encierra una complejidad tal, que muy poco se puede lograr
con la enunciación que sobre este aspecto uno de los grandes modelos de economía
en particular.
A este respecto
trataremos de abarcar el mayor número de conceptos teóricos, con la advertencia de que muchos de ellos coinciden en algunos enunciados:
a) La teoría del sacrificio sostiene que
la retribución al dinero, mediante un interés es un premio a la posposición del
consumo.
b) Los abanderados de la escasez sostienen que los valores cuya manifestación es escasa,
su uso implica un precio que hay que pagar para disfrutar de lo que no se posee.
c) La teoría de la productividad sostiene
que el capital implica una aportación productiva, por lo que debe participar
del valor creado en la producción.
d) La teoría del riesgo señala, por su parte, que este interés es el premio que debe
recibir el que arriesga su capital confiando en la parte que lo usará. A este
respecto nosotros agregamos, que este riesgo es directamente proporcional al monto de la retribución que recibe el dueño del
capital, esto implica, que a mayor monto de interés ganado por el capital dinero, mayor será el riesgo que corren los capitales
puestos en manos de los inversionistas.
La teoría del
interés como categoría dinámica, sostiene que el uso de los fondos prestados permite al empresario llevar a cabo los planes de inversión. Es claro pues, que
en tales circunstancias el uso de los fondos ajenos debe participar de los beneficios que conlleva el incremento en la productividad
de una actividad económica específica.
Estas y otras
teorías han ofrecido explicaciones variadas acerca de la procedencia del interés o precio del dinero. Incluso hay teorías que relacionan esta retribución del capital con las circunstancias que permiten al empresario explotar al trabajador, son los llamados seguidores del marxismo clásico, muy
de moda en décadas pasadas.
A todo este
conjunto de teorías sobre el interés hay que agregar dos visiones muy de moda
en los últimos tiempos, las cuales en muchos casos dirigen las acciones de política monetaria de la mayor parte de los gobiernos
en los tiempos actuales. Me refiero a la teoría de la Oferta y Demanda de Fondos, propia de la visión clásica y neoclásica y la teoría de la preferencia por la liquidez propia de la visión Keynesiana.
En cierta medida
estas dos teorías descansan en muchos aspectos de los enumerados anteriormente, solo
que aquí forman parte de un cuerpo teorico de mayor alcance, estructurado en lo que podemos llamar un modelo de desarrollo
económico con visión de largo plazo.
Para la teoría
de la oferta y demanda de fondos, el interés no será otra cosa que el precio que equilibra el comportamiento de las dos leyes
del mercado capitalista. En este pronunciamiento deja clara la referencia a la
accion de las leyes de oferta y demanda siendo el precio como expresión monetaria del valor, el punto de intersección en que
se cruza el que ofrece y el que demanda.
Naturalmente, este precio (interés),solo puede explicar las fluctuaciones de estas dos instancias
económicas, sin que pueda responder
a la esencia misma que expresa, es decir,
el valor. Para que este valor (y su expresión) pueda ser entendido hay que considerar al dinero como mercancía producto del valor que crea el trabajo en el proceso de producción. Esto convierte al interés en parte de los valores creados por el trabajo.
Así mismo,
La teoría de la oferta y demanda de fondos, a pesar de ser una de la más atacada es la más usada como trasfondo teórico de
la política monetaria de los gobiernos a través del Banco Central. Este organismo
restringe o amplía la masa monetaria según sea la necesidad, para producir un efecto sobre el llamado precio del dinero que
no es otra cosa que la tasa de interés vista como instrumento de política macroeconómica.
De esta manera, se espera orientar la inversión privada en la economía.
El concepto
de la preferencia por la liquidez, cuyo cuerpo teórico corresponde el economista inglés
J. M. Keynes, no es más que una oposición a la visión clásica de la oferta y la demanda del dinero. Este economista sostiene que los dueños de los capitales monetarios
necesitan un incentivo para decidirse a renunciar a su liquidez monetaria. En el fondo la preferencia por la liquidez encierra
un factor especulativo, que depende del nivel de la tasa de interés, lo cual no está muy lejos de la visión clásica en cuanto
a la fluctuación de ese interés en función del comportamiento del la oferta y la demanda de dinero. El factor especulativo
funciona cuando se prefiere hacer líquidos los bienes físicos para aprovechar la tasa de interés de los títulos valores de
los mercados financieros.
En la década
de los años ’80, este factor fue aprovechado por una gran parte de tenedoes de bienes físicos ( terrenos y edificaciones), que hicieron líquida estas inversiones para comprar títulos valores emitidos por los
intermediarios del mercado financiero dominicano. Como se puede observar, el
análisis de las diversas teorías y conceptos sobre el interés que reciben los dueños de los capitales monetarios permite concluir
que este simple juego de captación y colocación de recursos encierra una importante preocupación para la ciencia económica,
y que no es como se pretende a veces, una simple operación financiera, sino más bien una importante variable con incidencia
macro en el ajedrez económico, no sólo de un país en particular, sino a nivel
de las economías mundiales.